En los escasos dos siglos que conocemos de lo que entendemos como flamenco siempre ha existido una perfecta conjunción de tres elementos fundamentales, llamados tambien pilares por la flamencologia tradicional: el cante, el baile y la guitarra. Pero dicha simbiosis no ha estado exenta de problemas: la tradición oral, la ausencia de estudios musicales, pocos tratados conceptuales… han hecho de ésta un auténtico escollo a salvar. La única manera hasta hace muy poco tiempo de establecer un lenguaje común que permita al guitarrista entender al bailaor y viceversa, así como con el cante era la de utilizar la discriminación auditiva, si acaso ilustrada con algun ejemplo onomatopéyico. En este trabajo pretendo analizar el estado de la cuestion, dar las definiciones más aceptadas y proponer algunas soluciones.
Escrito por Rafael Hoces
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