El arpa es un instrumento fundamental del patrimonio musical peruano. De origen europeo, fue traída por los conquistadores y adaptada por los nativos a sus necesidades expresivas y artísticas propias.
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La encontramos siguiendo la Cordillera de norte a sur, desde el norte del Departamento de Ancash hasta el sur del Departamento de Cuzco.
Un proceso que hallamos en muchos campos a lo largo de la historia de la Conquista y del Virreynato, que muestra la inteligencia y la madurez de un pueblo.Esto es saber utilizar los aportes de otra cultura, sin juzgarla ni denigrarla, para así enriquecer y completar su patrimonio de conocimientos propios.
La medida del arpa peruana es única: más grande que la céltica, más pequeña que la clásica, más ancha que la paraguaya.
Existen diferencias en la forma y la factura de las arpas peruanas: la de Lucanas (Ayacucho) es de lineas más redondas, la huancaina es más ancha, la cuzqueña es la más grande y puede tener hasta 8 huecos en la tapa. Tambien en el Cuzco encontramos al arpa “domingacha”, más chiquita, pero de forma muy redonda.
Sin embargo, todas tienen una característica en común: una caja de resonancia de grandes dimensiones. Esta caja de resonancia tan grande y ancha siempre atrajo mi atención y mi curiosidad; de cerca pareciera que los sonidos que emite en lugar de aumentar disminuyeran, pero de lejos, especialmente con el aire seco y ligero de la altura, las notas bajas se escuchan nitidamente, con una fuerza asombrosa. Pude comprobarlo en una fiesta en Huancayo: se oía de lejos un conjunto de Chonguinada, y se escuchaba claramente la pulsación rítmica de las cuerdas de tripa del arpa, mientras que 12 instrumentos entre saxofonos, clarinetes y violines producían todavía un ruido indefinido. Acercandose los músicos, los equilibrios sonoros se fueron formando, y más bien noté que arpa y violines tenían que “luchar” para encontrar “su” lugar entre tantos potentes instrumentos de viento.
Este instrumento es utilizado como solista, en dúo, o como acompañamiento de pequeños conjuntos o grandes orquestas.
Obviamente encontramos interpretes solistas a lo largo de toda la Cordillera, donde cada uno presenta sus particularidades, su “toque” que lo distingue de los demás. Por eso podemos adivinar con acierto: “Es Angel Damazo!” “Seguramente se trata de Modesto Tomayro!” “No podría ser otro que Leandro Apaza!” “Reconozco el toque de Luciano Quispe!”. Existen sí estilos codificados, pero cada interprete se desenvuelve libremente dentro de los esquemas conocidos. A veces el solista tambien es cantante.
La formación de dúo la encontramos principalmente en la “Danza de las Tijeras” huancavelicana y ayacuchana: el arpa desempeña un papel fundamental, llevando la base rítmica necesaria al violinista y a los bailarines. Tambien lleva la melodía en la mano derecha. Despues encontramos muchas formaciones diferentes donde el arpa ocupa su función de acompañamiento, hasta llegar a las grandes orquestas huancas y a los orquestines* cuzqueños. La formación del orquestín es la única donde pueden aparecer 2 arpas conjuntamente, asegurando así una base ritmica sólida sobre la cual se apoyan los demás instrumentos, todos melódicos (a parte las originalísimas percusiones reunidas bajo el nombre de “jazz band”).
Los bajos se vuelven fundamentales, mientras que los agudos desempeñan a menudo un papel de acompañamiento, realizan adornos, figuras rítmicas que complementan a las realizadas por las notas bajas. La melodía aparece esporadicamente, a veces ligeramente deformada a causa de la técnica de la mano derecha de la cual hablamos en el párrafo dedicado al Cuzco.
*Orquestín: es el conjunto típico del Cuzco, formado por una o dos arpas, una o dos mandolinas, de uno hasta cuatro violines, a veces un acordeón, dos quenas … “jazz band”. Es decir una especie de bateria con gran caja (a pedal), redoblante, platillo (charleston), wood block, campana, de una hasta cuatro cantantes (raramente un cantante).
También en los conjuntos huancaínos, el arpa es el único instrumento de acompañamiento que tiene que sostener a una verdadera orquesta de vientos y violines que realizan la melodía. De ahí la importancia que se le dá al material de las cuerdas. El interprete se concentrará casi exclusivamente en su mano izquierda, llegando a veces al extremo de acompañar con su mano derecha abierta, razcando una octava de cuerdas de su instrumento como si se tratara de una guitarra! Efectivamente, frente a la masa sonora de saxofonos y clarinetes, es la única chance de llegar a sobresalir de alguna forma con el registro agudo del instrumento (vease el párrafo “Centro”).
Añadiremos que en muchos lugares el arpa se toca tambien cargada en el hombro, sujetada al cuerpo del intérprete por medio de un sistema de fajas, lo que permite al músico desplazarse caminando junto a los otros músicos y a los bailarines.
La técnica de interpretación no varía fundamentalmente, la posición base de las 2 manos sigue siendo igual que en la posición natural . El arpista pulsará las cuerdas más cerca al clavijero, lo que provocará un sonido más seco y percusivo.
La tensión de las cuerdas en el arpa andina no es exagerada, debido a lo ancho de la tapa de la caja de resonancia que se rompería con más presión.
Al contrario del arpa clásica, el arpa peruana se debe de tocar con las uñas naturales de los dedos. Estas son indispensables en la MD para el uso de la técnica “de la araña”, más aún con la utilización de cuerdas metálicas. Algunos interpretes tradicionales (Antonio Sulca de Huamanga por ejemplo) se ponen uñas de metal postizas para tocar y así sacarle mayor nitidez y volumen al instrumento.
El encordado, en la mayor parte de los instrumentos entre 32 y 38 cuerdas, puede constar de 3 tipos de cuerdas diferentes: plástico (nylon), tripa y metal (acero).
Las cuerdas de tripa, usadas en las notas bajas solamente, máximo hasta el do3 (vease el párrafo “Huamanga”), antes de uso común, van desapareciendo. Pero son indispensables y siguen siendo usadas para el acompañamiento de las orquestas huancainas de huaylas y chonguinadas.
En 1987 existía todavía una fabrica de este tipo de cuerdas en el pais. Se reemplazan cada vez más por las cuerdas de nylon: si el interprete tiene recursos economicos, comprará cuerdas de marca en una tienda de música; los músicos sin recursos utilizan a menudo hilo de pescar, material que se ha vuelto tan común en el Cuzco que dificilmente podríamos imaginar un sonido diferente al sonido sordo, opaco pero percusivo de esa clase de cuerdas para acompañar a los orquestines de esa región; de esta manera una consecuencia de la falta de recursos crea costumbres e influye sobre el resultado musical final!
Paralelamente, desde dos décadas, se construyen muchas arpas de madera terciada o “triplay”: este material, mucho más cómodo y más resistente a la intemperie que cualquier otra madera “noble”, aún no teniendo propiedades de resonancia armónica particular, tambien se ha vuelto determinante, “típico” del sonido de las arpas peruanas en general. Estas cuerdas de nylon se utilizan en todo el encordado del instrumento.
En el registro agudo, a partir de re3 / mi3, los interpretes de ciertas regiones utilizan cuerdas de acero. De sonido más brillante, con una resonancia alargada, confieren a la melodía un peso mayor, adaptandose este tipo de encordado a las necesidades del solista. Encontramos cuerdas de metal en todas partes, menos que en el centro (Huancayo, Huancavelica, Huamanga).
En Ecuador existen arpas encordadas enteramente con metal. Al interpretar las notas bajas con este tipo de cuerdas, las vibraciones del metal hacen que estas permanezcan más tiempo dando la impresión de un bajo continuo, creando así con la melodía que sigue avanzando en el registro agudo un efecto musical particular (vease el CD Jatun Cayambe, etiqueta francesa ASPIC, del maestro arpista ecuatoriano de Imbabura Juan Cayambe, fallecido en 1984).
El arpa andina se afina diatónicamente, con las notas correspondientes a las teclas blancas de un piano, para entendernos. El arpa peruana no dispone, como la clásica, de pedales, que permiten subir o bajar de medio tono contemporaneamente a todos los “do”, todos los “re”, etc. del instrumento, o de otro mecanismo para subir de medio tono cada cuerda separadamente, como algunas arpas célticas. Sin embargo se puede interpretar con este instrumento andino cualquier melodía andina, muchos valses, marineras, y músicas tradicionales de otros países.
Existe tambien lo que podríamos llamar (dentro de la música andina en general en la interpretación de cualquiera de sus instrumentos) la improvisación, es decir las variaciones constantes codificadas o como fruto de la inspiración del momento de las melodías y los acompañamientos.
Por esta razón es tan importante saber dominar un estilo con todas su sutilezas; más profundo será el conocimiento, más abundantes e interesantes serán las variaciones en los bajos y en la interpretación de la melodía. Por este motivo, lo repito, es fundamental el contacto permanente con los músicos tradicionales, que conocen a fondo todos los detalles de su arte interpretativo.
En el mundo andino (tambien en el que se ha parcialmente “transladado” a Lima en las ultimas dos decadas), el arpa desempeña su función en muchísimos acontecimientos de tipo social – ritual. Está presente en fiestas patronales, religiosas, rituales o privadas, y en muchas fiestas de los pueblos; por ejemplo:
* En la Navidad de Querco (prov. Huaytará, dep. de Huancavelica), donde el arpa da el compás a los bailarines en competencia por sus respectivos “Niños” en más de 40 pasos de danza diferentes;
* En la Fiesta del Agua en Puquio (Lucanas, Ayacucho) en agosto, con el arpa y el violín que interpretan para esa ocasión las famosas aylas;
* En la Fiesta de la Virgen del Carmen de Paucartambo o en la peregrinación de Qoyllur Riti (dep. del Cuzco), donde el arpa acompaña a los orquestines;
* Obviamente en cualquier competencia de danzantes de tijeras (Huancavelica, Ayacucho);
Observación importante: en Occidente el arpa es sinónimo de arpegio (como lo indica su nombre!), y toda la técnica del arpa clásica está construida sobre este tipo de figuración musical, fundamento del sistema tonal. En el arpa peruana y andina en general no se puede hablar de una correspondencia similar, ya que la técnica del instrumento no se basa sobre el sistema tonal, más bien utiliza un sistema modal basado en la escala pentatónica; resulta entonces muy diferente a la del arpa clásica.
Escrito por Claude Ferrier
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